Valencia (11ª de fallas): Final de feria con El Cid a hombros por la puerta grande.

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Ficha del festejo:
Lunes 19 de marzo. Plaza de Toros de Valencia. 11º festejo de la Feria de Fallas 2012. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Tarde soleada con viento. Se han lidiado dos toros de San Mateo (1º y 6º), tres de Carmen Lorenzo (2º, 4º y 5º) y uno de San Pelayo (3º) serio y hondos en líneas generales, bien presentados. A los seis les faltó raza y emoción. 1º resultó noble pero manso y deslucido. 2º tuvo calidad, nobleza y buen ritmo. 3º tuvo calidad y fijeza también, pero fue a menos. 4º y 5º con calidad y nobleza aunque justos de raza y fuerza. 6º fue el más deslucido.

Enrique Ponce, silencio y oreja tras aviso.
Manuel Jesús “El Cid”, oreja y oreja.
Daniel Luque, silencio tras aviso y silencio.

Se desmonteró en el segundo “El Boni” y en el quinto también hizo lo propio Alcalareño.

Valencia (Esp.).- Manuel Jesús “El Cid” ha sido el último nombre propio que queda inscrito en la historia de esta feria de Fallas del año 2012 después de salir a hombros por la puerta grande en el final del ciclo josefino. Hoy, día del patrón en Valencia y día grande de las fallas, cuando faltan a penas unas horas para que los monumentos de los artistas sean pasto del fuego purificador, el diestro de Salteras ha sido el triunfador en un festejo donde los toros de “El Capea” no han dado el juego esperado. El valenciano Enrique Ponce además, tampoco hoy ha tenido la suerte de cara a pesar de cortar un trofeo en el cuarto que le ha medio-reconciliado consigo mismo y el más joven, Daniel Luque suficiente hizo con mostrarse como se mostró con un lote deslucido: suficiente, valiente, entregado y con ganas de alcanzar un triunfo que fue imposible.

Volvió a puntuar en una plaza que comienza a ser talismán para el diestro sevillano, Manuel Jesús “El Cid” y volvió también a sortear el mejor lote del encierro de Capea en sus tres hierros. Con el segundo de la tarde, “El Cid”, lo lanceó a la verónica con temple y suavidad en un recibo donde el toro ya se mostró con buenas condiciones: calidad, fijeza y recorrido principalmente. Quitó el torero a la verónica y de nuevo lo hizo con temple, con calidad y con gusto mostrando el buen animal que había sorteado. Un astado bien hecho que mejoró con la lidia en sus embestidas yendo a más y mejor. Repetidor y codicioso, además de franco, propició el lucimiento de Rafael Perea “El Boni” en banderillas llegando al último tercio con unas virtudes que lo convirtieron en el mejor de toda la corrida. Faena la de “El Cid” muy auténtica, medida en metraje y llena de sentimiento, sobre todo al natural. Citando de frente en la media distancia, el toro acudió a las telas con prontitud y calidad, posibilitando tandas al natural llenas de gusto, suavidad y temple. Muy centrado Manuel Jesús durante todo el trasteo, le ando con torería y delicadeza y le fue cuajando una bella faena que fue calando en el público. Elegante en la interpretación del toreo, el de Capea embistió siempre humillado y con mucha bondad lo que permitió estirarse al diestro de Salteras para firmar una faena de altos vuelos apreciada por el público. Muy torero durante toda su actuación, a gusto y sintiéndose, “El Cid” cuajó sobre la diestra pases dibujados con temple, suavidad y con gusto, para acabar con un toreo de cercanías cuando el astado ya estaba venido a menos por la exigencia de la lidia. Agotó las embestidas del toro al máximo y completó una buena faena. La estocada le posibilitó el corte del primer trofeo.

Con el quinto, salió a rematar la tarde y salir a hombros de Valencia. El toro también tuvo nobleza, calidad y recorrido, si bien anduvo más justo de emoción. Es más, la emoción la puso el torero que peleó hasta el final por lograr el objetivo deseado. No pudo lucirse a la verónica en el recibo capotero aunque en banderillas el toro cambió a mejor y alegre en los embroques propició que alcalareño se luciese y se desmonterase tras parearlo. Brindis “El Cid” al Soro y cuidando a la res para que no se viniese abajo, comenzó cuajando una tanda en redondo de mano baja con calidad y nobleza. El toro desarrolló largura y buenas condiciones y con temple y mucho gusto el diestro le fue cuajando faena. Quizás al de Capea le faltó un punto de transmisión pero no fue impedimento para que, sin aburrirse el torero echase mano de su poderoso toreo al natural y le fuese cuajando fiesta por ese pitón con mucho tiento, mano suave y mucho temple. Le dio tiempo y tempo, así como espacio para que se repusiese. Las últimas tandas al natural llevando atrás a la cadera la embestida de la res fue muy celebrada. Final de trasteo de rodillas y en cercanías con tiempo aun para unas tandas en redondo donde acortó distancias, exprimiendo al máximo la embestida. Posiblemente, resultó más emotiva la primera parte que la segunda, aunque la faena fue completa y el trofeo logrado merecidamente concedido.

A Enrique Ponce no le fueron bien las cosas en el sorteo, aunque su paciencia, ciencia, enorme afición y amor propio del que hizo gala, volvieron a aflorar y propiciar el corte de un trofeo en el cuarto de la tarde. En este de Capea, el valenciano le cuajó una faena completa y rotunda en la que de nuevo dictó una lección de como triunfar incluso cuando el toro no es lo mejor de lo mejor. De salida, el animal, serio y cuajado, metió bien la cara en las telas, aunque como es propio del encaste Murube, saliese abanto y sin fijeza en los primeros minutos de su lidia. Logró lucirse a la verónica Ponce, meciendo la capa con suavidad y gusto, sobre todo por el pitón derecho, y abrochando la serie con una media muy elegante. El toro descubrió fijeza, calidad y recorrido aunque estuviera justo de raza, y metió la cara con temple cuando siguieron ofreciéndole la tela. Se recuperó en banderillas y descubrió un galope desde lejos que nos hizo atisbar la posibilidad de ver faena en las manos de Ponce. Y así fue. También lo vio el sabio de Chiva y comenzó su trasteo con doblones por abajo elegantes y preciosos a la vez que templados. Estaba claro que salió para triunfar planteando faena en los medios. A pesar de las bondades que se le vieron al toro éste tampoco fue del todo claro, pues resultaba incomodo cuando iba metido en la muleta con un derrote final de la suerte que dificultaba el remate de las tandas. Con inteligencia y paciencia, Ponce le fue cuajando trasteo. Largura y calidad del animal. Ponce a gusto y confiado toreando en redondo con calidad, suavidad y maestría. Cuidó al toro y lo metió en la muleta. Lo fue haciendo dándole tiempo y dejándolo descansar. Faena a más, en la media altura pero con temple y gusto. Hubo una tanda en redondo con la mano muy baja. Al natural lo intentó aunque por ahí faltó más emoción. Faena medida en el metraje con final por molinetes y uno en redondo desmayado. Circular y adorno, la estocada le puso en sus manos una justa y trabajada oreja. Con el que abrió plaza no pudo hacer mucho. Aunque metía bien la cara, también es cierto que se defendió con las manos por delante y acabó siendo soso y deslucido. Faena templada a media altura en la que a pesar de todo el diestro se gustó en algunos pasajes. Le faltó emoción y transmisión al toro, quedando el torero por encima de su antagonista. Al natural también le cuajo alguna tanda muy correcta. Faena completa por ambos pitones en la que aprovechó el toro.

Completó el cartel Daniel Luque que no tuvo suerte en el lote de los del Capea. Con el tercero, un toro que metía bien la cara, con calidad por el izquierdo y por el derecho con una embestida más corta, Luque lo cuidó por su falta de fuerzas llegando a cuajar un quite por chicuelinas templadas, con gusto y seriedad. La larga cordobesa que meció con temple y calidad fue un lujo. Se vino arriba el toro en banderilla y aunque le faltó transmisión le medio-sirvió. Toreándolo sin molestarlo en exceso, con suavidad y calidad le cuajó en redondo varias tandas de cierta relevancia. Lo intentó al natural pero no terminó de romper. Final de cercanías, con disposición y seguridad intentando amarrar el triunfo. No pudo ser. Como tampoco lo fue con el cerró festejo y feria. La falta de fuerzas del animal y su justeza de raza y de casta convirtió en una misión imposible obtener lucimiento y triunfo alguno.

Así terminó un festejo en el que todos esperamos un mejor resultado artístico y ver una corrida de toros de Capea, al menos igual que la de las fallas del año 2011, más no pudo ser, como tampoco se dio el lleno. En el día grande de las fallas el público respondió llenando el coso en unos tres cuartos de entrada una hecho que no se debe repetir el año que viene, ni hoy día de San José ni tampoco la víspera, días que por tradición y organización empresarial siempre han sido de lleno con el cartel de “no hay localidades”.

Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Paco Ferrís