Valencia (8ª de fallas): Solitaria vuelta al ruedo de Castella en una tarde muy deslucida.

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Ficha del festejo:
Sábado 17 de marzo. Plaza de Toros de Valencia. 8º festejo de la Feria de Fallas 2012. Corrida de toros. Lleno. Tarde soleada. Se han lidiado seis toros de la ganadería de Zalduendo desiguales de presentación. Encierro justo de casta y raza, muy deslucido en conjunto que sin ninguna duda dio al traste con el festejo.

Enrique Ponce, silencio tras aviso en ambos.
Sebastián Castella, saludos tras aviso y petición, vuelta tras aviso.
Arturo Saldívar, silencio tras aviso en ambos.

Se desmonteró Ambel Posada tras parear al segundo.

Valencia (Esp.).- Seis avisos seis en tarde de expectación, ilustran a las claras el ritmo que tuvo un festejo que resultó largo, tedioso, aburrido, deslucido y sin a penas interés. Estaba todo listo para vivir una gran tarde de toros: lleno hasta casi el cartel de “no hay billetes”; anunciados Ponce, Castella y Saldívar, y los toros apetecidos por las figuras de la ganadería de Zalduendo. Glamour en los tendidos. Gente guapa y el mundo del toro pendiente de lo que ocurre en las fallas. Pues bien, salió el toro y ¡zas! uno tras otro compusieron un muestrario de reses sin casta, raza, fondo ni interés. Un desastre que dio al traste con las ilusiones de todos y que llegó a exasperar hasta al más paciente.

Entre tanto aburrimiento, el francés Sebastián Castella fue el único que destacó al lograr saludar tras la lidia del segundo y dar una vuelta al ruedo polémica en el quinto. Con el primer de su lote, animal que embestía sin gracia y justo de fuerzas, se lució por chicuelinas el mejicano Saldívar en el quite correspondiente donde también fue volteado sin consecuencias por su impericia. En la muleta, Castella comenzó sentado en el estribo con torería, para sacarlo a la raya con disposición y valentía. Faena completa por ambos pitones, mucho mejor en redondo que al natural, siempre con la muleta a media altura y cuidando al endeble animal que fue adquiriendo enteros a medida que transcurría el trasteo. Le dio tiempo para reponerse, lo mimó, lo cuidó y le hilvanó un trasteo suave y gustoso, aunque lo más celebrado por el público fuese el arrimón que se dio en los últimos compases de la faena, asustando al personal. Fue una actuación seria, firme y de verdad, que por malograrla con la espada no recibió trofeo.

Con el quinto de la tarde, deslucido también como el resto del encierro, el galo estuvo de nuevo decidido, firme y resolutivo. Nos gustó la disposición del torero que no echó por la calle de en medio en tarde tan deslavazada y abrevió. Al contrario, plantó cara a la adversidad y contrariedad de la tarde y se empeñó en levantar el festejo con tesón, firmeza y de nuevo entrega. Faena por ambos pitones esforzada en la que entendió perfectamente la condición del astado. Valiente, firme, sin aburrirse, expuso y cuajó un trasteo importante en el que también logró meter a un público exasperado por el desarrollo de la tarde. Arrimón de nuevo, asustando al miedo y lástima el error con los aceros pues tuvo en su mano el trofeo. Petición mayoritaria no atendida y vuelta con división de opiniones.

El maestro valenciano Enrique Ponce volvió a tener mala suerte con los toros. Manso el primero y deslucido el cuarto, el torero de Chiva tuvo que echar mano de su sabiduría y paciencia para firmar una actuación esforzada y comprometida, acorde a su condición de figura. No fue su tarde aunque quedó patente en el ruedo sus ganas por intentarlo. Dos trasteos muy largos en los que con mucha tranquilidad y tesón, se peleó con los astados hasta lograr el lucimiento. En el que abrió plaza le robó una tanda meritoria en redondo en los últimos compases de la lidia. Temple, tiempo, tempo y afición hicieron el resto para sacar pases donde no los había. Con el cuarto, flojo y sin casta que llegó rebrincado al último tercio, le cuajó un trasteo donde estuvo sobradamente por encima del astado. Lo sobó, lo cuidó, tiró de él con paciencia, y le robó algún derechazo meritorio pero el animal fue tan deslucido que la emoción brilló por su ausencia. Merito sí que tuvo Ponce pero poco más pudo hacer. Imposible poder triunfar así. Gratitud en el público ante la actitud de Ponce esta tarde, aunque lo despidieran con una sonora división de opiniones.

Completó cartel el mejicano Arturo Saldívar que no tuvo la tarde. Todos esperamos con ganas la vuelta de este torero a Valencia, después de verlo triunfar en la reaparición de José Tomás, pero hoy dio un paso atrás en su trayectoria. Impreciso en el manejo de las telas, como consecuencia del cual sufrió varios atropellos y volteretas, no se le terminó de ver muy seguro durante el festejo. Saldívar echó mano del pundonor y el valor en ambos trasteos, pero el toreo no es sólo eso, es también dominio, sometimiento, temple, suavidad, ciencia y de lo comentado poco se dejó ver en su actuación conjunta. Silencio tras aviso en los toros, definen perfectamente el sentir del público y la importancia de sus trasteos.

Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Paco Ferrís