Valencia, 5ª de la Feria de Julio. Esto es el toreo.

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Ficha del festejo:
5ª de la Feria de Julio. Dos tercios de entrada. Toros de Victoriano del Río desiguales de presentación. 1º, 3º y 6º los mejores. El resto descastados.

Enrique Ponce: saludos tras aviso y petición, saludos tras aviso y oreja.
Morante de la Puebla: pitos, silencio y oreja.
Cuadrillas: José Manuel Montoliú saludó tras banderillear al tercero. El picador Cristóbal Cruz fue ovacionado en el sexto.
Incidencias: Ponce pasó a la enfermería para revisarse la rodilla izquierda tras la muerte del tercero.

Esto es el toreo. Amistad y competencia, diversidad de estilos, pitos y aplausos, pifias y aciertos, faenas memorables y simples detalles, toreo a caballo, pique en quites, como el que protagonizaron los toreros en el quinto de la tarde, por chicuelinas, por honor y por vergüenza torera. La media verónica de remate de Morante fue de ensueño, aunque en el cómputo general de la tarde en variedad capotera ganó Ponce: verónicas, delantales, chicuelinas... y vistosos remates: medias de manos bajas, revoleras, largas cordobesas...

De todo ello hubo en el mano a mano Ponce - Morante. No hubo puerta grande, eso no, pero hubo emoción, que a la postre es lo que cuenta en el toreo; calidad por encima de cantidad.

No pareció sobrado de fuerzas en los primeros tercios el ejemplar que abrió plaza, sin embargo llegó a la muleta con ganas de embestir y de repetir. Le ligó Ponce las dos primeras tandas sin enmienda, sintiéndose, aunque en ambas perdió las manos cuando el valenciano intentó bajarle más la mano. En la tercera serie hubo dos redondos que parecieron eternos y un cambio de mano que erizó la piel. Lo intentó entonces al natural, pero por ese pitón el toro no tenía la misma clase. Así que volvió a los derechazos para retomar la faena en el mismo punto de intensidad donde lo había dejado. Entró a matar y la estocada cayó ligeramente desprendida. El toro le persiguió hasta las tablas poniendo al de Chiva en verdaderos apuros. Saltó el torero al callejón y salió cojeando de la pierna izquierda visiblemente. La petición pareció mayoritaria, aunque el presidente no lo estimó así.

Si el toreo puede ser caricia y dulzura eso fue exactamente lo que hizo Ponce en el tercero. Cada tanda fue un bombón de chocolate repleto de temple y plasticidad. El inicio de faena, saliéndose desde tablas caminándole al toro, no pudo tener más torería. Los pases fueron brotando cada vez más largos, más sentidos, enroscándose cada embestida a la cintura, sobre todo en redondo. Los naturales no pudieron resultar tan ligados, pero tuvieron particular gracia, citando muy cruzado y presentando la tela sobre el albero por el pitón derecho para cambiarle el viaje en el momento en el que el animal se arrancaba. Los circulares completos semiflexionado pusieron la plaza literalmente en pie, y luego... luego pinchó dos veces antes de acertar con la estocada, y perdió lo que iba para premio gordo.

Lo el quinto fue otra lección magistral de temple y ligazón. Embistió mucho el de Victoriano, aunque sin la clase y la profundidad de los hermanos que había lidiado antes Ponce, que estuvo muy por encima de las condiciones del astado, entre otras cosas gracias a su temple sublime. Esta vez mató de estocada y se llevó la oreja.


El primero de Morante, un astado fuera de tipo y sin remate, entró a la franela del sevillano frenándose y recortando el viaje. Ni que decir tiene que el torero echó enseguida por la calle de en medio y se deshizo de él.

Al cuarto le dedicó algo más de tiempo. Tenía el de Victoriano las fuerzas más que justas, y el de la Puebla intentó que todo el mundo lo viera, auque sin demasiada convicción.

El que cerraba festejo derribó por dos veces al picador, la primera tras espectacular pelea, la segunda tras torear magníficamente a caballo Cristóbal Cruz. Le gustó el toro a Morante, que le endiñó un quite por tapatías marca de la casa presagio de sus intenciones con la muleta. Se sintió el de La Puebla. Fueron las suyas tandas más de apuntes que rotundas, con varios derechazos eternos de verdad, exigiendo mucho al astado por abajo, tanto que incluso llegó a quedarse a medio viaje varias veces, quedándose en las zapatillas y descolocando al torero. No importó, porque el sevillano continuó toreando con la misma entrega, roto tras cada embestida. Mató de estocada y a sus manos fue a parar la oreja del empate técnico.

Firmado: Carlos Bueno.

Valencia, 4ª de la Feria de Julio. Fandiño puede con todo.

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Ficha del festejo:
4ª de la Feria de Julio. Un cuarto de entrada. Tres toros de Alcurrucén (1º, 3º lidiado como sobrero y 6º), uno de Fuente Ymbro (5º), y dos de Adolfo Martín (2º y 4º), en general deslucidos. El 5º fue el más manejable.

Iván Fandiño: saludos, saludos, silencio, silencio, oreja y oreja.
Incidencias: Llovió intermitentemente durante la lidia del 4º y 5º.

Valencia (España). Estaba todo a la contra, pero Fandiño supo voltear la situación. Se sobrepuso a la condición de los toros, venció a la climatología y con la tarde cuesta abajo, aún fue capaz de sacar fuerza para levantarla en los dos últimos toros y poner de su parte a un público que acogió la apuesta con cierto escepticismo pero se acabó entregando al esfuerzo de un torero grande.

Iván Fandiño realizó lo mejor al quinto y sexto del festejo. El quinto, de Fuente Ymbro, bajo y hondo, tuvo nobleza pero le faltó raza para desarrollar lo que apuntó en el primer tercio, donde Iván le dio fiesta a la verónica y en un quite por chicuelinas. Se vino a menos tras el estoico inicio por alto, pero el torero, centrado y convencido, le fue alargando cada muletazo hasta dar consistencia la obra que remató de una buena estocada, cortando una oreja

Escampó en el sexto, tras llover en el cuarto y salió un tío de Alcurrucén, hondo, estrecho de sienes, tocadito de pitones, que manseó de manera ostensible en los primeros tercios, escupiéndose del peto, pero se sujetó en la muleta del vizcaíno, y aunque hubo de llegarle mucho y exponerle, por el pitón derecho acometió con fuerza y dio importancia a la labor del torero, que cerró su tarde con una faena grande, que le hubiera valido el doble trofeo de no mediar un pinchazo antes de la estocada definitiva en la que se llevó también una voltereta.

El primero de Alcurrucén, serio y cornidelantero, resultó noble pero le costó pasar a partir del tercer muletazo de cada tanda. Seria labor de Fandiño que prolongó el viaje del animal por los dos pitones, aguantó titubeos con firmeza y lo tumbó de una gran estocada. Abrió la cara el Adolfo que hizo segundo, toro que se movió sin terminar nunca de pasar y reponiendo tras el embroque. Fandiño se hundió en la arena y con mucho aplomo fue metiendolo en cintura por el izquierdo en otra labor sólida hasta que al rematar una serie el animal lo prendió por la pierna y en derrote en el pecho le partió en dos el chaleco. Volvió el torero a la cara, finalizó la faena en tono alto y saludó tras media estocada y descabello.

Al tercero de Fuente Ymbro lo saludó con una larga en el tercio y luego lo cuajó a la verónica pero durante el tercio de varas el animal se partió un pitón y regresó a los corrales. El sobrero de Alcurrucén sólo tuvo presencia, pues resultó deslucido y sin entrega, nunca se prestó y Fandiño vio silenciada su labor. Comenzó a llover a la salida del cuarto, un Adolfo complejo, que humilló pero nunca rompió para adelante, se movió pero siempre se quedó en el embroque. Fandiño hizo un esfuerzo, se peleó con él y lo despachó con solvencia.

Valencia, 3ª de la feria de julio. Toreros mediáticos, espectáculo mediocre.

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Ficha del festejo:
3ª de la Feria de Julio. Media entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y deslucidos en general. El mejor fue el 2º. Bravucón el 6º.

"Paquirri": silencio en ambos.
El Fandi: oreja y silencio.
Sebastián Castella: silencio y oreja tras aviso.
Cuadrillas: saludaron tras banderillear al tercero Fco. Javier Ambel y Vicente Herrera.

No hubo la gente que se esperaba para ver la actuación de los llamados toreros mediáticos y la que fue, que no llegó a llenar ni media plaza, se encontró con que lo mejor lo hizo un diestro que no entraba en el reparto, un Sebastián Castella valentísimo y que, con el peor y más complicado lote de una corrida de Núñez del Cuvillo noblota en sus otro cuatro ejemplares, hizo, de lejos, lo mejor de la tarde.

Castella, se llevó ya la primera ovación de la tarde al quitar por saltilleras en el primer toro de El Fandi, provocando una competencia en quites con el granadino.
Su primero manseó en los primeros tercios y llegó violento y brusco a la muleta, sin dejar al diestro francés sino estar tan valiente como embarullado. Volvió a estar entregado con el bravucón sexto, que sembró el desconcierto entre su cuadrilla, derribando espectacularmente al picador en su primer viaje al peto y a punto de desmonatrlo otra vez en el segundo envite. Quien más quien menos no esperaba otra cosa que una faena de aliño para pasaportar a este encastado y difícil ejemplar, pero a base de exposición y valor acabó sometiéndole y arrancándole una merecidísima oreja.

Otra oreja, esta de signo bien distinto, le concedieron a El Fandi, que no se salió del guión previsto: tiró de repertorio con la capa, llevó a cabo su habitual derroche de facultades físicas con banderillas y cumplió un trasteo muleteril tan voluntarioso como falto de interés ante un toro noblón pero sin emoción. Similar planteamiento puso en práctica con el quinto, que tras el palizón que se llevó en el segundo tercio, al tercer muletazo se echó y se puso ya muy a la defensiva, dando motivos El Fandi para abreviar.

Rivera Ordóñez “Paquirri” muleteó sin ton ni son al jabonero que abrió plaza, un animal sin fuerza al que se le dio duro en el caballo y que, para mas inri, le castigó bastante en el inicio de una faena que no tuvo fuste ni contenido alguno. También dejó masacrar en varas al cuarto, con el que dio un sainete al empeñarse en banderillear antes de dejar otra labor sin orden ni concierto.

Paco Delgado

Valencia 2ª de la Feria de Julio. Roman corta la única oreja de la tarde.

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No fue la novillada que todos esperábamos y deseábamos la que lidió Fuente Ymbro en esta ocasión en Valencia. Faltó clase en general o faltó picante como alternativa "B". Es cierto que tercero y cuarto fueron los de más posibilidades, y que el segundo sacó complicaciones que ponían a prueba el valor de cualquiera, pero la sensación que quedó tras echar el cerrojo al festejo fue que el resultado no alcanzó las cotas de la expectación levantadas.

Ficha del festejo:
2ª de la Feria de Julio. Un cuarto de entrada. Novillos de Fuente Ymbro bien presentados pero deslucidos en general. Mejores tercero y cuarto, y complicado el segundo.

Fernando Adrián: silencio y silencio tras aviso.

Román: oreja y saludos.
Gonzalo Caballero: vuelta tras petición y aviso, y silencio.
Incidencias: saludaron tras banderillear al quinto Raúl Martí y El Sirio.

Valencia (Esp.) El valenciano Román revalidó el triunfo de las pasadas fallas obteniendo el único trofeo de la tarde, pese a no tener colaboración por parte de sus dos novillos. Con su primero, al que le cortó la oreja, llevó a cabo una actuación muy firme y valerosa demostrando además un muy buen concepto del toreo. Los mejores momentos de su actuación los consiguió al torear con la mano izquierda. Sufrió dos aparatosas volteretas, lo que hizo que su labor terminara llegando con mas fuerza al tendido.

Con el parado quinto volvió a pisar terrenos comprometidos pero el novillo terminó muy parado imposibilitando el lucimiento.


También tuvo opción de cortar oreja Gonzalo Caballero ante el tercero. Caballero llevó a cabo una buena labor, con muletazos de trazo templado y largo sobre ambos pitones. Se tiró a matar con todo y el toro le encunó, sin consecuencias. Tuvo que recurrir al descabello, y eso enfrió la petición. Sólo pudo mostrar sus ganas con el que cerró plaza, un novillo que se rajó.



El que abrió plaza se negó a embestir desde que Fernando Adrián lo recibió con tres faroles de rodillas, defecto que acrecentó en el intento de faena de muleta, lo que imposibilitó cualquier posibilidad de éxito.

Tampoco su labor ante el segundo de su lote acabó de tomar vuelo, en parte por la falta de convicción del madrileño y en parte porque el animal no embistió con la suavidad que él esperaba.

Fotografía: Paco Ferrís

Jorge Expósito, primer triunfador de la Feria de Julio.

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Jorge Expósito, con una oreja en cada novillo, ha sido el primer torero que ha abierto la puerta grande de la plaza de toros de Valencia en el festejo que ha alzado el telón de la Feria de Julio.

Ficha del festejo:

1ª de la Feria de Julio. Un tercio de entrada. Erales de El Parralejo, bien presentados y manejables. 1º,4º y 6º fueron los mejores. Aplaudidos en el arrastre.

Pedro Jesús Marín (de la Escuela de Albacete): silencio tras aviso en ambos.

Jorge Expósito (de la Escuela de Valencia): oreja y oreja.
Aitor Darío "El Gallo" (de la Escuela de Valencia): saludos tras aviso y silencio tras aviso.

Valencia (Esp.).- Dio comienzo la Feria de Julio de Valencia con una novillada sin caballos en la que Pedro Jesús Marín derrochó voluntad y buenas intenciones en sus dos actuaciones, ambas de largo metraje y un tanto mecánicas y predecibles. Al que abría festejo intentó llevarlo siempre muy tapado y largo, pero le faltó acertar a bajarle más la muleta. Su segundo, al que había recibido a portagayola, le desarmó en varias ocasiones, lo que acabó desluciendo su quehacer.

Jorge Expósito exhibió un notable salto cualitativo en su toreo. Muy firme y seguro consiguió enganchar muy adelante a sus antagonistas para templar sus embestidas en pases largos, sentidos y con la mano baja. Fueron las suyas dos faenas serias y sobrias sin renunciar a ciertos pasajes con pellizco, como varias trincherillas que firmó ante el primero de su lote, al que, además, mató de soberano volapié.

Aitor Darío fue todo entrega y empeño desde que se hizo presente, pero sus faenas sufrieron demasiados altibajos, alternándose pasajes de indudable gusto con otros en los que hubo demasiados enganchones. Aún así consiguió llevar a cabo fases interesantes que indican que hay que darle tiempo y confianza.

Fotografía: Paco Ferrís

El Cid se luce al natural con los victorinos pero deja escapar los trofeos.

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Valencia (España), 12 may (EFE).- Manuel Jesús "El Cid" ofreció hoy en Valencia (este del país) una buena muestra del nivel de comunión que por instantes llega a alcanzar con el ganado de Victorino Martín, al que movió con elegancia al natural, aunque finalmente dejó escapar los trofeos al fallar con el acero.

Ficha técnica

Toros de Victorino Martín desiguales de presencia aunque de variado e interesante juego, desde el buen quinto a la alimaña que cerró plaza pasando por los manejables segundo y cuarto.

Juan Bautista: Pinchazo y media estocada (silencio); pinchazo hondo y descabello (silencio).
El Cid: Estocada corta y vuelta al ruedo tras petición; estocada y varios descabellos (ovación tras dos avisos).
Alberto Aguilar: Estocada trasera y dos descabellos (ovación); varios pinchazos y descabellos (silencio).

Valencia ( Agencia EFE ). Media entrada en una tarde agradable. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ganadero Salvador García Cebada y la Diputación de Valencia le entregó una placa a Joaquín Mompó por sus muchos años de dedicación a la Escuela Taurina de Valencia.

Las encastadas reses de Victorino ofrecieron espectáculo

Como siempre que aparece su nombre en los carteles, el ganado de Victorino Martín fue protagonista hoy en Valencia con un lote atractivo que sin embargo solo El Cid fue capaz de digerir.

Especialmente bonito y encastado fue el primero del lote del diestro sevillano, un animal que se movió con viveza y que transmitió emoción. Su lidia empezó fulgurante con dos aplaudidos quites, por chicuelinas el de Alberto Aguilar y a la verónica la réplica del diestro de Salteras (Sevilla) (sur de España).

La faena de muleta se fundamentó sobre el pitón izquierdo, el mejor de un animal que se desplazó, aunque sin humillar, y que apenas dejó espacio para la comodidad por el derecho.

El toreo de El Cid al natural recordó sus mejores etapas con los santacoloma, pero no anduvo bien con el estoque y finalmente no se le concedió una oreja pese a las peticiones.

Similar historia se vivió con el quinto, quizá el más feo de hechuras, más alto y despegado del suelo que sus hermanos, pero que embistió mucho y bien.

El sevillano, que brindó su faena al casi centenario fotógrafo Francisco Cano "Canito", planteó de nuevo una faena cimentada en su mano izquierda que alcanzó profundidad en cuanto se pudo olvidar de las incómodas miradas de su adversario.

Buena labor, en definitiva, la de El Cid, que sin embargo malogró de nuevo los posibles trofeos con el mal uso del descabello.

Juan Bautista anduvo frío con el que abrió plaza, un ejemplar que humilló con clase en los primeros compases pero que pronto se quedó sin fuelle en la muleta. Tampoco aportó demasiado el francés, salvo una serie de naturales con el toro ya venido a menos.

El feo y paletón cuarto resultó sin embargo manejable, pero Bautista no acertó a ligar ninguna tanda.

Alberto Aguilar plantó cara con firmeza a un peligroso tercero que no dejaba de buscarle las zapatillas. Puso valor y lo toreó como si fuese bueno en una faena de mérito y exposición con ambas manos, pero la faena se vino a menos y necesitó dos descabellos.

El segundo de su lote fue claramente una alimaña, un "regalo" de los que también suelen aparecer en los lotes de la divisa extremeña, con el que Aguilar quizá pecó de incauto al llevarlo a los medios porque la faena resultó imposible.

Firmado: EFE
Fotografía: Paco Ferrís

Valencia (11ª de fallas): Final de feria con El Cid a hombros por la puerta grande.

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Ficha del festejo:
Lunes 19 de marzo. Plaza de Toros de Valencia. 11º festejo de la Feria de Fallas 2012. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Tarde soleada con viento. Se han lidiado dos toros de San Mateo (1º y 6º), tres de Carmen Lorenzo (2º, 4º y 5º) y uno de San Pelayo (3º) serio y hondos en líneas generales, bien presentados. A los seis les faltó raza y emoción. 1º resultó noble pero manso y deslucido. 2º tuvo calidad, nobleza y buen ritmo. 3º tuvo calidad y fijeza también, pero fue a menos. 4º y 5º con calidad y nobleza aunque justos de raza y fuerza. 6º fue el más deslucido.

Enrique Ponce, silencio y oreja tras aviso.
Manuel Jesús “El Cid”, oreja y oreja.
Daniel Luque, silencio tras aviso y silencio.

Se desmonteró en el segundo “El Boni” y en el quinto también hizo lo propio Alcalareño.

Valencia (Esp.).- Manuel Jesús “El Cid” ha sido el último nombre propio que queda inscrito en la historia de esta feria de Fallas del año 2012 después de salir a hombros por la puerta grande en el final del ciclo josefino. Hoy, día del patrón en Valencia y día grande de las fallas, cuando faltan a penas unas horas para que los monumentos de los artistas sean pasto del fuego purificador, el diestro de Salteras ha sido el triunfador en un festejo donde los toros de “El Capea” no han dado el juego esperado. El valenciano Enrique Ponce además, tampoco hoy ha tenido la suerte de cara a pesar de cortar un trofeo en el cuarto que le ha medio-reconciliado consigo mismo y el más joven, Daniel Luque suficiente hizo con mostrarse como se mostró con un lote deslucido: suficiente, valiente, entregado y con ganas de alcanzar un triunfo que fue imposible.

Volvió a puntuar en una plaza que comienza a ser talismán para el diestro sevillano, Manuel Jesús “El Cid” y volvió también a sortear el mejor lote del encierro de Capea en sus tres hierros. Con el segundo de la tarde, “El Cid”, lo lanceó a la verónica con temple y suavidad en un recibo donde el toro ya se mostró con buenas condiciones: calidad, fijeza y recorrido principalmente. Quitó el torero a la verónica y de nuevo lo hizo con temple, con calidad y con gusto mostrando el buen animal que había sorteado. Un astado bien hecho que mejoró con la lidia en sus embestidas yendo a más y mejor. Repetidor y codicioso, además de franco, propició el lucimiento de Rafael Perea “El Boni” en banderillas llegando al último tercio con unas virtudes que lo convirtieron en el mejor de toda la corrida. Faena la de “El Cid” muy auténtica, medida en metraje y llena de sentimiento, sobre todo al natural. Citando de frente en la media distancia, el toro acudió a las telas con prontitud y calidad, posibilitando tandas al natural llenas de gusto, suavidad y temple. Muy centrado Manuel Jesús durante todo el trasteo, le ando con torería y delicadeza y le fue cuajando una bella faena que fue calando en el público. Elegante en la interpretación del toreo, el de Capea embistió siempre humillado y con mucha bondad lo que permitió estirarse al diestro de Salteras para firmar una faena de altos vuelos apreciada por el público. Muy torero durante toda su actuación, a gusto y sintiéndose, “El Cid” cuajó sobre la diestra pases dibujados con temple, suavidad y con gusto, para acabar con un toreo de cercanías cuando el astado ya estaba venido a menos por la exigencia de la lidia. Agotó las embestidas del toro al máximo y completó una buena faena. La estocada le posibilitó el corte del primer trofeo.

Con el quinto, salió a rematar la tarde y salir a hombros de Valencia. El toro también tuvo nobleza, calidad y recorrido, si bien anduvo más justo de emoción. Es más, la emoción la puso el torero que peleó hasta el final por lograr el objetivo deseado. No pudo lucirse a la verónica en el recibo capotero aunque en banderillas el toro cambió a mejor y alegre en los embroques propició que alcalareño se luciese y se desmonterase tras parearlo. Brindis “El Cid” al Soro y cuidando a la res para que no se viniese abajo, comenzó cuajando una tanda en redondo de mano baja con calidad y nobleza. El toro desarrolló largura y buenas condiciones y con temple y mucho gusto el diestro le fue cuajando faena. Quizás al de Capea le faltó un punto de transmisión pero no fue impedimento para que, sin aburrirse el torero echase mano de su poderoso toreo al natural y le fuese cuajando fiesta por ese pitón con mucho tiento, mano suave y mucho temple. Le dio tiempo y tempo, así como espacio para que se repusiese. Las últimas tandas al natural llevando atrás a la cadera la embestida de la res fue muy celebrada. Final de trasteo de rodillas y en cercanías con tiempo aun para unas tandas en redondo donde acortó distancias, exprimiendo al máximo la embestida. Posiblemente, resultó más emotiva la primera parte que la segunda, aunque la faena fue completa y el trofeo logrado merecidamente concedido.

A Enrique Ponce no le fueron bien las cosas en el sorteo, aunque su paciencia, ciencia, enorme afición y amor propio del que hizo gala, volvieron a aflorar y propiciar el corte de un trofeo en el cuarto de la tarde. En este de Capea, el valenciano le cuajó una faena completa y rotunda en la que de nuevo dictó una lección de como triunfar incluso cuando el toro no es lo mejor de lo mejor. De salida, el animal, serio y cuajado, metió bien la cara en las telas, aunque como es propio del encaste Murube, saliese abanto y sin fijeza en los primeros minutos de su lidia. Logró lucirse a la verónica Ponce, meciendo la capa con suavidad y gusto, sobre todo por el pitón derecho, y abrochando la serie con una media muy elegante. El toro descubrió fijeza, calidad y recorrido aunque estuviera justo de raza, y metió la cara con temple cuando siguieron ofreciéndole la tela. Se recuperó en banderillas y descubrió un galope desde lejos que nos hizo atisbar la posibilidad de ver faena en las manos de Ponce. Y así fue. También lo vio el sabio de Chiva y comenzó su trasteo con doblones por abajo elegantes y preciosos a la vez que templados. Estaba claro que salió para triunfar planteando faena en los medios. A pesar de las bondades que se le vieron al toro éste tampoco fue del todo claro, pues resultaba incomodo cuando iba metido en la muleta con un derrote final de la suerte que dificultaba el remate de las tandas. Con inteligencia y paciencia, Ponce le fue cuajando trasteo. Largura y calidad del animal. Ponce a gusto y confiado toreando en redondo con calidad, suavidad y maestría. Cuidó al toro y lo metió en la muleta. Lo fue haciendo dándole tiempo y dejándolo descansar. Faena a más, en la media altura pero con temple y gusto. Hubo una tanda en redondo con la mano muy baja. Al natural lo intentó aunque por ahí faltó más emoción. Faena medida en el metraje con final por molinetes y uno en redondo desmayado. Circular y adorno, la estocada le puso en sus manos una justa y trabajada oreja. Con el que abrió plaza no pudo hacer mucho. Aunque metía bien la cara, también es cierto que se defendió con las manos por delante y acabó siendo soso y deslucido. Faena templada a media altura en la que a pesar de todo el diestro se gustó en algunos pasajes. Le faltó emoción y transmisión al toro, quedando el torero por encima de su antagonista. Al natural también le cuajo alguna tanda muy correcta. Faena completa por ambos pitones en la que aprovechó el toro.

Completó el cartel Daniel Luque que no tuvo suerte en el lote de los del Capea. Con el tercero, un toro que metía bien la cara, con calidad por el izquierdo y por el derecho con una embestida más corta, Luque lo cuidó por su falta de fuerzas llegando a cuajar un quite por chicuelinas templadas, con gusto y seriedad. La larga cordobesa que meció con temple y calidad fue un lujo. Se vino arriba el toro en banderilla y aunque le faltó transmisión le medio-sirvió. Toreándolo sin molestarlo en exceso, con suavidad y calidad le cuajó en redondo varias tandas de cierta relevancia. Lo intentó al natural pero no terminó de romper. Final de cercanías, con disposición y seguridad intentando amarrar el triunfo. No pudo ser. Como tampoco lo fue con el cerró festejo y feria. La falta de fuerzas del animal y su justeza de raza y de casta convirtió en una misión imposible obtener lucimiento y triunfo alguno.

Así terminó un festejo en el que todos esperamos un mejor resultado artístico y ver una corrida de toros de Capea, al menos igual que la de las fallas del año 2011, más no pudo ser, como tampoco se dio el lleno. En el día grande de las fallas el público respondió llenando el coso en unos tres cuartos de entrada una hecho que no se debe repetir el año que viene, ni hoy día de San José ni tampoco la víspera, días que por tradición y organización empresarial siempre han sido de lleno con el cartel de “no hay localidades”.

Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Paco Ferrís