Valencia, 3ª de la feria de julio. Toreros mediáticos, espectáculo mediocre.

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Ficha del festejo:
3ª de la Feria de Julio. Media entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y deslucidos en general. El mejor fue el 2º. Bravucón el 6º.

"Paquirri": silencio en ambos.
El Fandi: oreja y silencio.
Sebastián Castella: silencio y oreja tras aviso.
Cuadrillas: saludaron tras banderillear al tercero Fco. Javier Ambel y Vicente Herrera.

No hubo la gente que se esperaba para ver la actuación de los llamados toreros mediáticos y la que fue, que no llegó a llenar ni media plaza, se encontró con que lo mejor lo hizo un diestro que no entraba en el reparto, un Sebastián Castella valentísimo y que, con el peor y más complicado lote de una corrida de Núñez del Cuvillo noblota en sus otro cuatro ejemplares, hizo, de lejos, lo mejor de la tarde.

Castella, se llevó ya la primera ovación de la tarde al quitar por saltilleras en el primer toro de El Fandi, provocando una competencia en quites con el granadino.
Su primero manseó en los primeros tercios y llegó violento y brusco a la muleta, sin dejar al diestro francés sino estar tan valiente como embarullado. Volvió a estar entregado con el bravucón sexto, que sembró el desconcierto entre su cuadrilla, derribando espectacularmente al picador en su primer viaje al peto y a punto de desmonatrlo otra vez en el segundo envite. Quien más quien menos no esperaba otra cosa que una faena de aliño para pasaportar a este encastado y difícil ejemplar, pero a base de exposición y valor acabó sometiéndole y arrancándole una merecidísima oreja.

Otra oreja, esta de signo bien distinto, le concedieron a El Fandi, que no se salió del guión previsto: tiró de repertorio con la capa, llevó a cabo su habitual derroche de facultades físicas con banderillas y cumplió un trasteo muleteril tan voluntarioso como falto de interés ante un toro noblón pero sin emoción. Similar planteamiento puso en práctica con el quinto, que tras el palizón que se llevó en el segundo tercio, al tercer muletazo se echó y se puso ya muy a la defensiva, dando motivos El Fandi para abreviar.

Rivera Ordóñez “Paquirri” muleteó sin ton ni son al jabonero que abrió plaza, un animal sin fuerza al que se le dio duro en el caballo y que, para mas inri, le castigó bastante en el inicio de una faena que no tuvo fuste ni contenido alguno. También dejó masacrar en varas al cuarto, con el que dio un sainete al empeñarse en banderillear antes de dejar otra labor sin orden ni concierto.

Paco Delgado